¿Qué es lo que hace que una ciudad sobresalga sobre las demás? ¿Qué es lo que hace que recuerdes más ese sitio que otros viajes? ¿La arquitectura, la gastronomía, los monumentos? Cada uno tendrá sus preferencias, pero en mi caso, lo que marca la diferencia entre una ciudad bonita y la que entra en tu ‘top ten’ es la luz. Una de los sitios donde sobresale es, para mí, Estambul. Es una ciudad preciosa pero la combinación mezquitas + agua + atardecer hace que sea mágica. Hoy te traigo las mejores vistas de Estambul: dos puntos espectaculares en los que, además de una panorámica INCREÍBLE, la luz hizo que Estambul se convirtiera en una de mis ciudades favoritas, a la que estoy deseando volver.
Dónde encontrar las mejores vistas de Estambul
Üsküdar
Una mitad Europa, otra mitad Asia. Estambul mantiene su esencia mestiza todavía hoy, pero cuando cruzas el Bósforo hasta el distrito de Üsküdar sientes más la parte árabe de esta milenaria ciudad. Nuestro objetivo era ver la puesta de sol desde un punto muy especial de esta zona. Cogimos el ferry en Eminönü y disfrutamos de un paseo de unos veinte minutos contemplando la Mezquita Nueva (Yeni Cami), el palacio Dolmabahçe y los inmensos barcos de mercancías que se dirigían hasta el puerto.
Como llegamos con tiempo, recorrimos las calles, los mercados y las mezquitas de esta parte asiática. Aquí se ven pocos turistas; los puestos de verdura, fruta y pescado llenan las calles y casi llamábamos la atención entre los locales. Entramos a Mihrimah Sultan o mezquita de Iskele, justo enfrente de la terminal de ferrys, una construcción que tiene más de 500 años.
La puesta del sol nos llamaba: recorrimos el paseo hasta llegar al Kiz Kulesi Büfesi, un café al aire libre, con pequeñas alfombras y cojines sobre los escalones del mismo paseo en los que, cómo no, hay que tomarse un té. No te preocupes, no hace falta nada más: tendrás una espectacular vista de Estambul, con el sol recortándose contra la Mezquita Azul e iluminando la Torre de la Doncella; un paisaje que nos atrapó durante más de una hora, ¡y eso que era marzo y hacía un frío que pelaba! Es una visita obligada.
Café Pierre Lotti
Las vistas de Estambul desde Üsküdar parecían difíciles de superar, pero las del café Pierre Loti no se quedan lejos. Ubicado en el barrio de Eyüp, uno de los más tradicionales de Estambul y con una de las mezquitas con más historia de la capital turca, este establecimiento ha hecho famoso a este escritor y marino francés.
Para llegar hasta el café, la mejor opción es coger el teleférico que encontrarás siguiendo los carteles desde la mezquita. Desde ahí descubrimos el por qué esa zona no se encontraba cubierta de viviendas: la colina es un enorme cementerio, con tumbas desde el siglo XVIII.
La primera vista que te deja boquiabierta está nada más bajar del teleférico. Con el sol poniéndose sobre el estrecho también adivinas que el sobrenombre de Cuerno de Oro también se podría aplicar a estas puestas de sol.
Si consigues despegarte de la barandilla, sólo tendrás que caminar unos minutos para llegar al café Pierre Loti. Qué mejor que terminar el paseo que tomando un té -(a precio europeo) o un café/limonada/cerveza si te has cansado de la bebida nacional turca – desde las preciosas vistas que hay sobre la colina. Aún en época de poco turismo, tuvimos que esperar para sentarnos cerca del mirador.
Para finalizar, vuelve sobre tus pasos y baja la colina andando. Para nosotras fue el broche de oro de la visita: la quietud y calma del cementerio coincidió con la llamada del muecín de la mezquita de Eyüp. Estambul nos atrapaba una vez más.