No siempre se tiene la oportunidad de visitar un yacimiento que todavía se está excavando. Sobre todo si se trata de uno que en solo tres campañas ha sido noticia por sus extraordinarios hallazgos: unos cuidados mosaicos con escenas de caza y varias estatuas de mármol. Así que decidimos calzarnos las botas, ponernos en modo Indiana Jones y visitar la villa romana de Salar, en la provincia de Granada.
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Cómo visitar la villa romana de Salar
Como hemos explicado, en la villa romana de Salar todavía se está trabajando sobre el terreno. Esto implica que no se puede visitar la zona por cuenta propia: hay que evitar posibles daños y los expolios de los muchos restos arqueológicos que todavía se encuentran bajo la tierra.
Por ello, para visitar la villa romana de Salar lo primero de todo es ponerte en contacto con el punto de información turística y reservar plaza en alguna de las entradas guiadas disponibles. Estas visitas se realizan los sábados, domingos y días festivos a las 10.00 horas en verano y a las 11.30 horas en invierno. Sin embargo, en los puentes o días festivos habilitan más horarios, por lo que es imprescindible que preguntes antes de cerrar tu visita.
Para contactar con ellos, puedes escribirles un email a villaromanasalar@gmail.com o bien llamar o mandar un Whatsapp al teléfono 675967432.
Su historia
Como en tantos descubrimientos, la casualidad -o el destino- fue el motivo de que los restos de la villa romana de Salar vieran la luz. En el paraje conocido como la Revuelta de Enciso, la Diputación de Granada estaba realizando las primeras obras para construir una depuradora de aguas junto al arroyo que lleva el nombre de la localidad. Mientras la pala de la excavadora levantaba la tierra, uno de los obreros se dio cuenta de que entre el terreno comenzaban a salir restos de una construcción: tejas, ladrillos, piedras…
Cuando surgen hallazgos como este y para continuar con las obras proyectadas, en ocasiones se hace la vista gorda y se arrasa con los restos arqueológicos. Afortunadamente no es lo que ocurrió en Salar: el historiador local acudió a la llamada de los obreros y certificó que bajo esa tierra había algo más que escombros. Y gracias a la sensibilidad y apoyo del Ayuntamiento de Salar, que apostó por excavar la zona, hoy podemos disfrutar de esta villa romana.
El yacimiento
No soy historiadora ni arqueóloga, pero no miento si digo que me habría encantado serlo. La posibilidad de ‘escarbar’ en la tierra y que aparezca una moneda o una pequeña tesela con cientos de años de antigüedad me ha fascinado desde pequeña. Por eso, visitar la villa romana de Salar y comprobar in situ cómo debajo de un par de metros de tierra hay todo un tesoro arqueológico fue emocionante.
Entramos en la primera parte de la villa y, a pesar de que todavía falta mucho que sacar a luz (sólo se ha excavado el 20% de la superficie del yacimiento), se aprecia que se trataba del hogar de algún importante habitante de la Hispania romana. La presencia de un estanque en forma de U que rodea el espacio del triclinio, así como un ambulacro con restos de pintura en la pared y un mosaico de una nereida da una idea de lo magnífica que debía ser la vivienda en su época.
Sin embargo, es la segunda parte de la villa romana de Salar la que más impacta por sus hallazgos. En tan solo tres campañas se han descubierto mosaicos de una calidad que no tienen nada que envidiar a los de Mérida, o incluso algunos más famosos. Sobre todo las escenas de caza del jinete, el jabalí y el leopardo, que los arqueólogos creen que mide unos 20 metros y del que todavía falta mucho por excavar. A pesar de contemplarlos en un día lluvioso y con bastante polvo acumulado, el detalle de la cabeza y la capa del jinete, que recordemos que tienen más de 1.600 años, impresionan.
Al leopardo le falta la cabeza debido a una remodelación del diseño realizada un siglo después, que pasa a ser más sencillo, con figuras geométricas bastante menos espectaculares.
El historiador de Salar, Pepe, nos fue relatando las fases por las que pasó la excavación de este mosaico y qué esperan encontrar más allá de la columna volcada sobre él. Se nota la pasión, dedicación y amor por la villa que pone en este trabajo, y los visitantes agradecemos tener el punto de vista de quien vive de primera mano cómo va creciendo este yacimiento.
Obviamente, redescubrir este tesoro cuesta, y no poco. Hasta ahora, el Ayuntamiento de Salar es quien más ha apoyado económicamente el proyecto, al que destina una partida anual en su presupuesto, consciente de que la villa romana de Salar es su principal activo turístico y que puede ser conocida más allá de las fronteras de la zona. Desde el Consistorio se financia la manutención y alojamiento de los estudiantes y voluntarios que acuden cada verano a las campañas de excavación, que avanzan lentamente pero con grandes resultados.
Esperamos que este yacimiento tan prometedor tenga más apoyo de las instituciones provinciales, de la Junta de Andalucía y de cualquier empresa interesada en conservar el pasado para asegurar el futuro.
El museo
La cita comienza en el punto de información turística. Detrás de la pequeña recepción se encuentra un pequeño museo donde se recogen los restos arqueológicos hallados en la villa romana de Salar. Entre ellos, se encuentran fragmentos de cerámica, algunas monedas y las estrellas de la exposición: tres esculturas decorativas de Venus, una de ellas casi completa, que fue hallada en la campaña de verano de 2018.
Vecinos, ayuntamiento y promotores del yacimiento de la villa han conseguido que estas esculturas se queden en el pueblo y no vayan al museo provincial de Granada. Es importante darle a las pequeñas poblaciones incentivos para que puedan gestionar su legado y aprovechar el beneficio turístico que puedan generar.
En el museo también se puede encontrar una maqueta de la villa romana de Salar. A pesar de que se desconoce quién fue el ‘domine’, el señor y dueño de la vivienda, sí se tiene claro que debía tener cierta importancia, dada la envergadura del edificio y la calidad de sus mosaicos.
¿Cómo llegar?
La localidad granadina de Salar está muy bien comunicada. Se encuentra a unos 45 minutos desde Granada o a unos 40 de Antequera por la autovía a-92. Sólo tienes que coger la salida 197 y en cinco minutos entrarás al pueblo.
También se puede llegar en autobús desde Granada hasta Salar con Alsa, aunque como posteriormente hay que trasladarse hasta la localización de la villa romana recomendamos ir en coche.